DE “PERROS REVOLUCIONARIOS” DEVENIDOS EN INTELECTUALES, DE NEGOCIOS Y “SERVICIOS”.

29 noviembre 2016

C.A.B.A., Argentina, UNASUR-CELAC, EL EMILIO, Zoología política, de nuestra redacción.

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Por Pedro del Arrabal

Los Perros son perros; los hay malos, buenos, serviles e inservibles. Pero para que estas valoraciones existan y los diferencien, deben pasar inexorablemente por el rigor de la “domesticación” humana. Si esos humanos son “capitalista” mejor; suelen dar mejores premios. Ejemplos sobran. Recuerdo uno que jugaba de revolucionario y secuestrador de humanos “explotadores” que luego se hizo guardían del explotador para que este pudiera seguir explotando tranquilo. En la banda de esos perros revolucionarios no solo había una perra –de pedigri oligárquico- que tambien jugaba a la “revolución” y que hasta hoy sigue jodiendo como guardiana de los intereses de los perros de su “raza”, sino que hasta tuvieron un perro buchón como jefe que docilmente tranzó con los domesticadores en la primera de cambio. Y… ¡Son perros!!!

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Hay perros adiestrados para atacar sin mirar a quien; son animales; instintivamente atacan; algunos son perros de instinto acotado según sea el requerimiento del amo y su demanda inmediata. Los perros atacadores jamás miran hacia atrás en su historia perruna; ni a los costados; atacan. En muchas ocasiones y producto del adiestramiento, atacan a mansalva pensando en el premio(el hueso); en esos ataques pueden caer “Papas”, hermanos de antiguas experiencias revolucionarias y compañeros de pasadas andanzas perrunas. Son perros demasiados astutos y hasta si se quiere “inteligentemente domesticados”; hacen buenos “negocios” con sus circunstanciales amos. Algunos los llaman “perros ladinos” por la astucia y el sigilo puesto de manifiesto al momento de atacar, y no casualmente por el dialecto que hablaban los judíos sefaradí expulsados de la Iberia en el siglo XV. Yo “conozco” y “tengo” como 100 amigos judíos, y muchos más de los otros, que tienen perros ladinos. Son perros con un gran olfato a la hora de buscar “información” sobre la vida y el obrar de sus víctimas; en ocasiones, el “obrar” también es cuestión de maquillaje argumental a la hora de despellejarlos; poco les importa a quienes les sirven despellejados si el premio por la tarea es un suculento hueso.

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Los perros “atacadores” reciben de sus “Amos” las “prendas” que orientarán su olfato hacia la víctima; a los amos pocos les importan el camino que recorra el perro; lo importante para el amo es la víctima… y para el perro el hueso. Los perros atacadores hacen bien sus tareas para que los “premios” de sus amos sean mejores; hasta pueden jugar con atacar a su amo si esto le sirve a su “señor” para consolidar su imagen de autoridad; el perro es perro pero no estúpido, siempre está sabiendo que ese juego tiene premios mayores. Raramente estos perros atacadores viven mal. Sus amos los cuidan. Nunca nadie conoció a sus amos; a estos perros eso los beneficia. Algunos ladran por TV, otros para diarios que la juegan de “progres”.

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¿Existen perros periodista? Sí ¿Son confiables? ¡Hummm! Eso sí, dan cátedras de política, construyen “relatos” (recurso lingüístico muy en boga hoy) difamatorios con “trapos sucios” (y si son limpios se los ensucian) que llamativamente siempre huelen a CervIciA de la buena Mossad (que no es la “mosa” que Les Luthiers colgó de un abedul). Son perros atacadores que ladran en matutinos “alfa-numéricos” a modo de “ protesta” pero en realidad lo hacen con datos prestados por águilas nórdicas e información proveniente del “oriente medio”.

Nunca pusieron el cuerpo en ninguna acción si se le puede llamar heróica, pero hablan de ellas como si las conocieran. Rescatan con mala leche las experiencias actuales encarnadas en otros, calificandolas indirectamente de “traidoras”, midiéndolas con viejas y harto conocidas varas, como si las conocieran por experiencia propia a la hora de traicionar. Alguno que otro de estos perros suelen traicionar hasta sus pares de andanzas pasadas “botoneándolos” ante sus amos para que estos se encarguen de ellos, o para que el hombre común se confunda y los cague a palos. Son perros peligrosos casualmente por ser “faltos de memoria” a la hora de recorrer su historia perruna pasada más que non santa. Sin embargo sus relatos catedráticos plagados de citas que lo visten como un perro intelectual bien formado e informado, son consumidos por cierta gilada perruna que compra cualquier basura que el “perro” vende en fabricados envases “objetivamente asépticos”, liberados de toda contaminación política. Son perros que se venden con esa imagen de estar más allá del bien y del mal pero conscientes de lo que son, perros perversos porque eso es un buen negocio.

Yo desconfío de esos perros. ¿Algún lector conoce un ejemplar de estos miserable bichos?

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