¿QUÉ SE PRETENDE DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR?

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PRETENDEMOS UNA EDUCACIÓN SUPERIOR QUE FAVOREZCA EL CAMBIO SOCIAL; QUE CONTEMPLE COMO PRIORIDAD LA RECUPERACIÓN DE LA JUSTICIA SOCIAL, LA EQUIDAD Y LA DIGNIDAD PARA TODOS NUESTROS COMPATRIOTAS.

PRIMERA REUNIÓN ABIERTA DEL

COLECTIVO DESDE EL PIE

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JUEVES 11 DE SEPTIEMBRE, 18 HS.

Aula 6, Pabellón II

Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, UBA

Ciudad Universitaria

ALGUNOS DE LOS TEMAS QUE SE ABORDARÁN

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1) Gratuidad de la Educación Universitaria

Encontramos diferencias entre la LES y el proyecto del FpV. Antes se amenazaba con arancelar, ahora al menos garantizan la gratuidad de la educación de grado. Esta y otras concesiones que se incorporan al nuevo proyecto logran cooptar a amplios sectores antes en lucha.

El peligro es que de esta manera se pasan por alto muchos aspectos importantes para garantizar efectivamente dicha gratuidad, quedando la misma en una declaración de intención y dejando este aspecto de la ley ambiguo y, en algunos puntos, contradictorio.

Concretamente, no se explicita cómo se va a garantizar la equidad de acceso para todos, no se asegura la gratuidad de los posgrados y se considera que es un “derecho” para el estudiante conseguir fondos por ejemplo sacando créditos (se menciona esto explícitamente). Es en el aspecto de la gratuidad y la universalidad del acceso un proyecto de ley que queda muy abierto y contradictorio.

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2) Autonomía, CONEAU y Cogobierno

La CONEAU como órgano evaluador externo a las Universidades se presenta siempre como un techo a la autonomía. Al menos, en el proyecto del FpV se vieron obligados por la movilización masiva en contra de la CONEAU a limitarla en sus atribuciones para suspender carreras (como lo permite la LES en vigencia).

Una autonomía como la actual, donde el gobierno universitario responde a una minoría de los docentes y estos a su vez responden a los grupos económicos que detentan el poder estatal, una autonomía como la que se defiende muchas veces acríticamente, no cumple con el fin que nos proponemos.

Nosotros consideramos que la autonomía no es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr lo más posible que la Universidad se ponga al servicio del pueblo, pero no solamente en un sentido utilitarista del término (se necesitan solucionar con la ciencia muchos problemas) sino también al mismo tiempo para garantizar el acceso del pueblo a la Universidad y ser un lugar desde donde se fomente el pensamiento crítico, la conciencia y la lucha por un cambio social.

Para lograr esto es necesario una autonomía respecto al Estado, dado que este es funcional a los grupos económicos y no a las clases populares. Sin embargo esta autonomía no debe convertir a la Universidad en una burbuja, sino que por el contrario debe profundizar la movilización, estar acompañada de una fuerte democracia interna, llamar a la participación para poder pasar de la crítica a la propuesta, y de la propuesta a la acción.

3) Derechos docentes

Vemos algunas constantes entre el proyecto del FpV y la ley vigente, como son el derecho a la participación gremial, formación y participación limitada en el cogobierno Universitario. Sin embargo podemos ver como se levantan reivindicaciones históricas de los gremios docentes, fruto de la lucha de los mismos y condición por la que varios gremios cierran filas a pesar de las desventajas con este proyecto de ley.

Se levanta el 85% móvil para la jubilación sin ninguna ambigüedad, pero otros reclamos se enuncian y no se dice cómo se cumplirán. Se promete estabilidad sin hablar de cómo se implementaría la evaluación docente dentro de un modelo que incluya la estabilidad laboral. Lo mismo sucede en relación al derecho a un “salario digno”. Se traslada en ambos casos el problema a cada Universidad, atomizando las luchas.

El salario comenzaría a tener en consideración, además del cargo, dedicación y antigüedad, la formación académica y el desempeño en las tareas docente y producción científica, técnica y de extensión. Pero si la Universidad evalúa estás nuevas categorías apoyándose en su estructura antidemocrática dentro de un proyecto político que favorece a los poderosos, esto no contribuye en lo más mínimo a que la Universidad responda a los intereses de las clases populares. Además de establecer un techo móvil, en nuestra opinión el salario debe tener un piso en la canasta familiar, cuestión que ni se menciona en la ley.

Tampoco, se dice nada sobre un ambiente de trabajo adecuado en lo referente a Higiene y Seguridad, ni de derechos sociales como la licencia por maternidad, paternidad o enfermedad, vacaciones pagas, aguinaldo, obra social o indemnización.

Además se abre la puerta a regímenes laborales docentes especiales en carreras «flexibles y a término».

La autonomía que proponemos debe ir de la mano con el cumplimiento irrenunciable de estos derechos.

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4) Financiamiento

Según la LES vigente se afirma que el presupuesto no puede disminuir por la existencia de recursos propios (uso de la Universidad para dar servicios a empresas o individuos). En el proyecto del FpV no se afirma siquiera esto y por supuesto se permiten los recursos propios atándolos a un financiamiento de becas (como estímulo extra a su existencia). Es claro que en un marco de ahogo presupuestario se puede estimular a la multiplicación de estos recursos, logrando una diferenciación entre Universidades y facultades de acuerdo a qué tan bien vendan su producción científica en el mercado. Esto resulta en gran desigualdad en la calidad educativa entre regiones del país.

Se adopta siempre la lógica según la cual el hecho de que se haga transferencia tecnológica a empresas a cambio de recursos es poner la Universidad al servicio de la «sociedad». Esto se ve en el desarrollo de software o biocombustibles.

El reclamo presupuestario es más que urgente, pero es importantísimo reclamar una discusión sobre a qué se asigna ese presupuesto. No es cierta la convicción positivista de que la ciencia siempre es buena, debemos hablar del rol de la ciencia, de la ciencia que efectivamente es financiada en la facultad. El dinero se asigna para formar tecnócratas para las empresas.

Pero se asigna dinero y el gobierno, con la creación del Ministerio de Ciencia, Técnica e Innovación Productiva puso en el centro de su agenda el favorecer «a la ciencia» generando un gran consenso y cooptando a amplios sectores «progresistas». No hay voz alternativa a la oficialista, debemos crearla. Debemos abrir el debate y ver como llevar adelante acciones en pos de que la Universidad adquiera el rol que debe a las clases populares que no pueden acceder a la misma siquiera y que la financian con sus impuestos.

 

Plenario, opiniones de distintos compañeros, discusiones pendientes:

-Algo que salta a la vista es como todos los temas tocados por el proyecto del FpV fueron caballitos de batalla de los sectores que luchan por la educación pública. Esta es una ley conciliatoria que busca cooptar a estos sectores en lucha.

-Además no queda claro, a pesar del tono reglamentarista de todo el texto, las intenciones que se enuncian.

-No está mal el concepto de evaluación. El problema es el uso político que se hace de la misma, y que por supuesto no está escrito en la LES. Declarar una carrera de interés público y dar pie a la intervención de la CONEAU deja abierta la posibilidad a que esta regule el financiamiento o no de la misma. Así, el ahogo presupuestario es una presión para implementar la LES, que fuera tan resistida por la movilización.

– A los docentes con este proyecto les pasaría a pagar cada unidad académica, en lugar de ser la patronal, el Estado. Esto tiene por objeto atomizar el movimiento de trabajadores docentes agremiados. Junto con la flexibilización, precarización, el sistema de elección docente (según si cumplen el proyecto político oficialista o no) y la competencia entre pares se tiende a generar docentes desmovilizados, menos luchadores y menos comprometidos por el país.

-Debemos abrir la discusión, charlar con otros sectores que están en la lucha y que se organicen de manera similar a nosotros, de manera horizontal, ya que los sectores más perjudicados por estas políticas son precisamente los que no acceden a la Universidad.

-La Universidad es un derecho, no sólo un bien público. Es este derecho el que no está contemplado por una visión utilitarista de la educación que olvida formar un pueblo constituido por sujetos críticos y concientes, más allá de qué vayan a trabajar.

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